El problema de la vocación científica y la reforma de los estudios de Filosofía y los grados universitarios. De los ilustrados a los liberales (1807-1843)
Resumen
La vocación científica se convirtió en un asunto de Estado en el siglo XVIII por la necesidad de contar con científicos en las distintas disciplinas, cuyos conocimientos eran imprescindibles para garantizar el progreso económico y la estabilidad social. El Estado se preocupó entonces por propiciar vocaciones científicas, darles una formación avanzada e incentivarlas ofreciendo una salida profesional a los científicos, que consistió en la carrera universitaria. Para ello, se modificaron las enseñanzas del título de Filosofía y los grados universitarios, en particular, el de doctor. Tras el fracaso de las iniciativas de los ilustrados, los liberales fueron proponiendo distintas medidas encaminadas a esos propósitos, lo que incluyó la instalación en Madrid de una universidad que ofreciese formación sobre todas las ciencias, la Universidad Central. Este artículo repasa las distintas reformas educativas barajadas por los liberales hasta el decreto sobre instrucción pública que ofreció la solución, el promulgado en 1845.
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