De las fronteras coloniales del imperio hispánico en América a los límites internacionales entre Estados latinoamericanos independientes: génesis de la imposibilidad de un mapa político de Sudamérica consensuado
Resumen
Los límites coloniales de América Latina habían sido definidos vagamente durante siglos: eran límites administrativos que organizaban la administración de un extenso territorio (para los cánones europeos), ocupado efectivamente de manera dispersa e irregular, con un archipiélago de enclaves urbanos conectados por el Camino Real.
Desde las guerras de independencia (1800 - 1860), muchos territorios nacionales quedaron definidos, jurídicamente, a partir del principio del utis possidetis (la aceptación de antiguas unidades administrativas coloniales para los nuevos estados independientes) pero, de facto, el establecimiento efectivo de los límites territoriales se convirtió en uno de los problemas más difíciles de resolver para los nuevos estados latinoamericanos, en primer lugar debido a los constantes desacuerdos entre las partes y también debido la debilidad de los aparatos institucionales burocráticos que no disponían de medios materiales, instrumentales y recursos humanos para zanjar las disputas territoriales.
Además, a lo largo del siglo XIX, al mismo tiempo que se constituían los estados nuevos en América latina y configuraban sus propios territorios se estaba reconceptualizando la propia idea de límite territorial, tanto en el terreno de la jurisprudencia internacional como en la teoría política: mientras que durante mucho tiempo los límites podían ser zonas o franjas de bordes difusos, los procesos de formación territorial modernos requirieron límites que pudieran escribirse en forma de líneas sobre los mapas. En la práctica los límites antiguos y nuevos fueron dibujados y rediseñados a lo largo del siglo XX durante complejas negociaciones, alianzas inestables y contiendas militares, e incluso algunos de ellos no pudieron resolverse y continúan sin encontrar solución.
A las dificultades técnicas y jurídicas intrínsecas la demarcación de los límites, hay que agregar que las tradiciones historiográficas nacionales (y nacionalistas) que elaboraron relatos de formación territorial y argumentaciones para sostener sus reclamos territoriales que hicieron literalmente imposible que el montaje de los mapas de los nuevos estados nacionales latinoamericanos elaborados por cada país diera por resultado un mismo mapa político coherente de América latina (por el contrario, cada país latinoamericano produjo mapas de Sudamérica demarcando las fronteras de maneras diferentes).
Este artículo explora la variedad de situaciones que se generaron para resolver el quimérico mapa político de Sudamérica y cómo los relatos que los propios estados nacionales crearon para narrar sus historias territoriales tendieron a construir historiografías autocentradas que prefirieron ignorar o desdibujar el proceso de formación territorial en el nivel regional de América latina concebido como un asunto de conjunto.
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