El desafío a la dicotomía mujer caída vs. ángel del hogar en “Doña Berta”
Resumen
Las corrientes literarias Realista y Naturalista que se desarrollan en el siglo XIX son tomadas como ejemplo de fiel imitación de la realidad bajo la cual esta literatura es desarrollada, hasta el extremo que se habla en clave metafórica de la novela como espejo de la sociedad. En estas corrientes la mujer queda reducida, según habitualmente se ha analizado, a dos patrones fijos e inamovibles: los de ángel del hogar por un lado, y mujer caída por otro. Toda aquella mujer que no se amolda a los dictámenes del primer patrón, se convierten casi de forma automática en mujer caída, con lo que las personajes que son presentadas en este tipo de obras son limitadas por una dicotomía extremadamente rígida. Con las Guerras Carlistas como trasfondo histórico, en una España enfrentada en conservadores y liberales como polos opuestos, Leopoldo Alas “Clarín” asigna la crueldad y depravación moral en la obra, no a la protagonista Berta, a pesar de percibirse claramente dentro de la categoría de “mujer caída”, sino por el contrario, a los hermanos de ésta. Estos hermanos están ligados a la ideología y el discurso conservadores, y para seguir sus dictámenes no dudan en, literalmente, robar a su sobrino y encerrar a su hermana. El autor del texto muestra, por tanto, una imagen positiva de esta mujer transgresora de los límites sociales impuestos a las mujeres, haciendo resaltar de esta forma una visión demasiado simplista y limitada de esta sociedad. Cuando Berta logra liberarse del yugo que le supone esta dicotomía del discurso conservador es cuando logra salir de su encierro y buscar a su hijo en el espacio público y urbano de Madrid. Esta ruptura la logrará únicamente cuando la ideología liberal moderna hace su incursión por el espacio privado de su casa.